La máquina de romper realidades
Ésto empieza como los chistes clásicos: ésto es un español y un estadounidense, ambos científicos, que van y solicitan a un juez que impida el uso de un aparato más propio de la literatura de Asimov que de la realidad cotidiana. El Gran Colisionador de Hadrones (en adelante LHC) proyecta la sombra de la duda y de la destrucción, ante la sospecha de que pueda generar un agujero negro, que se fagocite la Tierra, las hipotecas, el euribor, el canon digital y las botellas de aceite de girasol del bueno. En él se han invertido unos ocho millones de dólares en los últimos 14 años. ¿Para qué sirve este cacharro? Al parecer hace que los protones choquen a altas velocidades para recrear las condiciones energéticas (a una mínima escala) que se generaron una trillonésima fracción de segundo (que tarda más en decirse que en pasar) después del Big Bang. La gente, en serio, tiene unas aficiones realmente extrañas.
Cierro el periódico, estoy en un avión, son las 7 am, voy camino a Madrid. Me sirven el desayuno (continental, por supuesto). Me tomo el zumo de naranja mientras empiezo a divagar sobre cómo sería un agujero negro en la Tierra. No valen chistes fáciles... Me imagino una espiral insaciable que se va agrandando y a José Luis López Vázquez volando por los aires, succionado por la fuerza centrífuga y gritando "a tomaaar por cuuulooo..." Miro por la ventanilla, está amaneciendo, y veo una postal espectacular, que bien podría haber inspirado la letra de Ícaro. Empiezo a canturrear el "no me dejes caer", y trato de evitarlo recordando "La cima del mundo" en el que se hace referencias a caídas que nos hacen más fuertes; prefiero resetear y abandonar la ilusión de pensamiento mágico que emerge en estos momentos. Abro el diario. Hay una noticia sobre Terele Pávez y el desplome de su carrera, paso la página, cae el precio de la vivienda, paso la página, se desploma la economía y se prevee una mayor caída (del 4% al 1,8%)... Vamos a volver al agujero negro porque joder con los verbos...
Parafrasean al NY Times. Los dos científicos demandantes albergan el temor de que el LHC pueda producir un pequeño agujero negro que podría comerse a la Tierra (y eso estaría muy feo). También cabe la posibilidad que el LHC escupiera algo llamado "materia extraña". Eso me hace pensar que detrás del telón de la realidad hay una materia ignota, dispuesta a aprovechar un jirón en el tejido espacio-temporal. Con lo que seguramente cueste de limpiar. Ésto nos queda grande.
Al parecer uno de los mayores anhelos de la comunidad científica es descubrir el bosón de Higgs(creo que mi amiga Raquel me explicó de qué va ésto), que por lo que se ve se conoce como "la partícula de Dios", y es la que dotaría de masa a las partículas que se generaron tras el Big Bang, porque todas las teorías tropiezan en este punto. En el que le concede peso a los átomos y otros diablitos que conforman la materia. Se ha inventado la existencia de esa particula, (que nunca se ha visto pero cuya existencia se intuye) para cuadrar una ecuación que no se resuelve, igual que Einstein se sacó de la manga la constante cosmológica que explicaba por qué el universo es constante e inamovible aunque todos sus estudios parecían indicar que éste se expandía (incluso en Brooklyn). De pronto dejo de confiar en la comunidad científica, vaya panda de tramposos, escriben la pregunta después de tener la respuesta. Así cualquiera... Cierro el periódico, y miro a la azafata, una verdadera obra de la naturaleza, sería una pena que se la tragara un agujero negro. Un juez puede tener la útima y decisiva palabra. La idea no me tranquiliza.
Mientras todo ésto se resuelve, The Sexy Circus sigue ensayando de cara al directo en Meliana, me motiva mucho tocar temas nuevos. Se nota el aire fresco y seguro que se notará ahí arriba. Estoy componiendo una barbaridad de novedades, pero creo que de momento el listado pactado se moverá poco. Es posible que en los próximos meses tengamos otro bolo con los chicos de El cuarto pasajero, a ver si podemos cuadrar fechas, este verano se antoja bastante complicado y es probable que todo suceda a partir de septiembre.
Corren buenos tiempos, en lo musical y en lo personal. La vida nos da buenas noticias.