lunes, enero 04, 2010

La música es cultura...

Ando de un cabreo subido tras visitar en procesión rutinaria y obligada por las fechas en que nos hayamos una de las habituales tiendas de música de Valencia, de esas que en su día se intentaron posicionar como adalides de la cultura y la promoción artística, parroquia de peregrinaje sabatino de las nuevas hornadas de jóvenes bien armados de criterios y personalidad propia.

Tras conversación que no voy a revelar ando decidido a regalar a alguien el Exile on main street de los Stones, porque en estas fechas es cuando uno tira de cartera y se autorregala algo, y procede a entregar ese disco mítico que el receptor del regalo no tiene, aprovechando esa información valiosa que permite saltarse el protocolario y desagradable viaje en busca del regalo adecuado, tras el típico "¿y qué coño le regalo?".

Al llegar a la tienda, y aunque no es culpa más que del propio comprador (género al que pertenezco) hay que esquivar seres humanos que se mueven en bailes extraños agitando los brazos a los lados y contribuyendo a una coral ininteligible. Voy a tiro hecho, avanzo entre el bosque de carne y hueso hasta llegar a la sección discos. Será rápido...rápido...hostias...no está...

Rebusco entre los discos de los Rolling Stones y hay repetidos grandes éxitos, Goats head soup, Dirty Works... y para de contar. Busco desesperado en la R, pero no hay nada que hacer. Tan pronto saltas de los Ramones a Rod Stewart, pero ni rastro. Shit!

Cambio de plan, busco David Bowie, conocedor de que el receptor tan sólo dispone del Ziggy Stardust. El Hunky Dory es un buen regalo. Me cuesta un buen rato encontrar al bueno de David. Estamos reinventando el abecedario. La suerte nuevamente me es esquiva. Tan sólo se dispone de 4 ó 5 títulos: Young Americans, Lodger, grandes éxitos, Space Oddity...

Ésto ya es algo personal, voy a buscar algo de George Harrison. Nada, ni rastro. Por accidente descubro un único disco en la sección "música de Marruecos" (ejem). Otro grandes éxitos, por cierto.

En las siguientes búsquedas desesperadas no encuentro absolutamente nada. El caos gobierna la tienda, y sólo al final en la W junto a Wilco descubro un ejemplar del Hunky Dory (por cierto, etiquetado como un disco de Lennon). Lo dejo donde está, ya se me han quitado las ganas.

Entre medias apilados en cabeceras principales 200 recopilaciones absurdas, colecciones y otros inventos de la propia industria, que dista de la idea que uno supone que en su día tuvieron los músicos respecto a la concepción de una obra. Seré un purista, pero si busco un disco de Harrison, busco un disco de Harrison, al que él puso título y cuyo orden de temas eligió personalmente.

La música es cultura, pero las tiendas de música cada vez se acercan más a los mercados persas, se muestra un total desprecio hacia el contenido de aquello que venden, pues venden un objeto, no un conjunto de composiciones, ideas, letras o arreglos.

Salgo de la tienda completamente ofuscado. Tanta campaña "la música es cultura" y luego se trata a aquello que teóricamente se defiende como pescado fresco. Dudo mucho que la gente que se acerca a una obra sea la que esté poniendo en peligro su existencia. En un sistema en el que el canal de distribución funciona como filtro, y coloca aquello que le da más dinero bien visible, porque es aquello en lo que se invierte más dinero en publicidad, aumentando así la probabilidad de la compra, descartando el resto o colocándolo sin ningún cariño mezclado sin ninguna lógica.. creo que lo que menos importa es precisamente la cultura. ¿Qué se intenta proteger?