lunes, abril 02, 2007

Crónica de un concierto casero


El pasado sábado 31 tocamos en Rocksala Quart. Por segunda vez en nuestra historia actuamos cerca de casita (al menos de la mía), más mayores y más asentados en esto de tocar y hacer el cabra en un escenario.

Las condiciones previas no parecían ser las mejores. El súbito cambio de formación, el poco tiempo para readaptar los temas, poco tiempo para hacer publicidad... En fín, que la filosofía de la noche era "a disfrutar chavales".

No fue un éxito de público, no nos vamos a engañar; tampoco es que hayamos dado el coñazo como otras veces. Se llega a un punto en el que ésto empieza a dar un poco lo mismo, y se agradece tocar para personas que disfrutan, no para maniquíes que hacen bulto por compromiso. Se echó en falta al fondo picañero, bajas justificadas por despedida de soltero. Por el contrario fue una alegría ver a amistades de esas que llevamos cerquita del corazón, estrenos entre el público, familiares que cumplían años, y en lo personal una vez más alguien hizo un larguísimo viaje para poder verme en directo, motivo por el cual quise dar lo mejor de mí; como supongo que les ocurrió al resto de la banda, porque la cosa salió de puta madre.

Con los juegos de luces "made in Bruno" y la sintonía de Mancini "A shot in the dark" (la de "el inspector Clouseau en...") nos subimos al escenario. A la batería Pichi, al bajo Bruno, en las teclas el maestro Sergio, y a la guitarra y voz el que suscribe estas líneas. Comenzamos con Congelados (que empieza a ser el símbolo de la nueva era de los sexy, desde que le pusimos mejores galas), para seguir con Don Nadie, Creo que he perdido la razón (con una intro nueva), La llave de tu mente (con espectaculares pianos de Sergio al final), Ícaro (que sonó vacilona y compacta), Mi lado más tóxico (algo más pausada que de costumbre y quizá por ello con mayor poso), Plástico (recuperada tras descansar en Sueca, con nuevo aire, también ganandose de nuevo el sitio; en ésta me lo pasé realmente bien jugando con las pausas), La Ausencia, Si tú te vas (versión potente de Los Flechazos), El Hilo Conductor (con la agradable incursión de Bruno a los coros), El efecto túnel, Ella es tan...importante (con pregunta-respuesta improvisada entre teclados y guitarras), El fantástico hombre bala (con mecheros al fondo de la sala y cánticos), La nebulosa del reloj de arena (que recuperó la intro minimal e intimista con wah-wah) y cerramos lo que debería ser el final con El discreto encanto de una despedida (con una coda instrumental en la que Sergio nos mostró una porción de todo el talento que atesora). Venía el final, y el típico rollo de "¿hacemos como que nos vamos y que pidan otra?". Al final con poco volvimos con una versión rockera de un tema del grupo mexicano El Tri (también hecha por los argentinos de La Renga, e incluso por Miguel Ríos): Triste canción de amor, seguimos con Lucilda (que pareció ser el hit de la noche a tenor de la respuesta del público), Made in Toilette (con un final instrumental con tumbaos salseros, e intento por mi parte de bajar del escenario con la guitarra para mezclarme con el público, llevado a cabo parcialmente dada la longitud del cable) y cerramos la "velada" con Terapia con Pichi recitando el "¿por qué estoy frío si hoy no hace calor, yo iba a ser un gran tío todo un ganador, será que no es lo mío está competición, por qué os reís tanto delante de Dios?" de Los Enemigos. Apagamos los amplis, dejamos los instrumentos, echamos un trago para paliar el calor escénico y entonces sí que se empezó a pedir otra con avidez (qué cabrones, si no había nada más ensayado!). Hicimos un improvisado Sexy Circus + 20th century boy, más caracterizado por las risas y las coñas que por la buena ejecución. Igual daba, se trataba de disfrutar en buena compañía. Ahora sí, ya dimos por finalizado el asunto.

Sin lugar a dudas el mejor directo que hemos dado hasta la fecha en todos los sentidos. Buen descubrimiento el micro para Bruno encima del escenario, un lujazo la aportación de Sergio, el habitual savoir-faire de Pichi y yo hice el ganso, salté y me arrodillé todo lo que pude y más, debo decir que no me había divertido tanto en ningún otro directo. Y como no, el clásico feedback que nos aporta Laguna desde abajo, hubo diálogos delirantes, y el clásico asalto al micro; se echaba de menos. De nuevo gracias a Julio por ayudarnos a transportar los cacharros y por los consejos, a David por bailar y cantar con tanta pasión y ser el único que no se ha perdido ni uno de nuestros directos (ni siquiera los acústicos), a Anna (que te sabías las canciones eh?), a mi Mónika que con sólo 3 horas dormidas estaba al pie del cañón, a mis primos y tíos de Teruel por venir, a Pablo por el reportaje fotográfico tan cojonudo que nos hizo (éstas son sólo algunas de las incontables fotos, ya iré poniendo el resto más adelante), a Cecilia por encargarse de las entradas y del merchandising, a Lorena, a Ricardo el de los Chamanes por ser tan de puta madre, a Silvia e Iván que vinieron de Madrid, a nuestras familias...en fín, que no quiero parecer Almodovar y para no dejarme a nadie: a todos los que vinisteis. Roberto, la de Hey Bulldog para la próxima vez...

P.D. Aldana, una vez más: ¡bonitos zapatos!